Niños jugando con tierra

Recuerdo la última vez que jugué con fango cuando pequeño, lo utilizaba mucho para jugar con mis juguetes o para hacer montañas y pelotas. A veces creía que era plasticina. Recuerdo que cuando llovía  se formaban charcos de color rojo y marrón que parecía chocolate. Mi mamá me decía que parecía un lechoncito por lo sucio que me ponía cuando jugaba con el fango. Hubo una temporada de lluvia hace unos meses y dejé que los chiquillos jugaran un rato en los charcos que se formaron en la parte de atrás.

El miedo de todo padre es que como se suele relacionar la tierra con algo sucio, si los niños juegan con ésta se contagian con gérmenes que pueden comprometer su salud. En el caso  del barro es una parte del medio ambiente y se ha estudiado las propiedades que puede tener para el ser humano. Permitir que su niño juegue con barro puede ayudarlo a relajarse, calmarse o levantarle el estado de ánimo.  El juego con barro les produce satisfacción, los hace reír y reduce el nivel de estrés. Algunos niños no conocen el valor de la naturaleza, debido a la menor exposición a que los niños jueguen al aire libre. Sin embargo, esta actividad puede crear recuerdos felices con la naturaleza y promueve que los niños aprenden a protegerla.

Cuando era un niño más grande, mi tía utilizaba el barro para hacer diseños decorativos con dibujos de casas, jardines y hasta flamboyanes.  Me interesó mucho esta técnica porque se exploraba el carácter del barro como medio artístico, con el que se producían adornos para los hogares. El barro se puede utilizar para hacer diferentes actividades con los niños como vasijas, moldes, grabados, figuras dibujadas y hasta de mascarillas para la piel, entre otras cosas. También le ayudará a desarrollar la habilidad de modelar figuras y fomentar su creatividad.

Hace tiempo quería jugar  con barro con mis chiquillos y hacer figuras. Aproveché un viaje a la casa de campo de mis suegros en las montañas de Adjuntas. Nos fuimos por la finca a buscar barro y aprovechamos para explicarles cómo nuestros antepasados indígenas y Taínos utilizaban el barro para elaborar vasijas, utensilios y diferentes tipos de envases que utilizaban en la confección de alimentos, entre otras cosas. A los chiquillos les encantó todo el proceso desde buscar el barro hasta ver cómo se secaron al sol y se endurecieron las figuras que habían realizado.

‘Deja que los niños disfruten al aire libre y que descubran el mundo que los rodea’

¿Dejarías a tu hijo jugar con fango? ¿Que cosas te decían para que no jugaras en el fango?