Diversión, viajes, cine y vida en familia
Desde niño siempre me han fascinado los animales. Volvía loco a mis papás pues me antojaba de diversos animales y ellos me complacían. Me gustaba cuidar a los animales y darle amor y cariño. En mi infancia tuve perros, peces, patos, gallinas y hasta crié hámsters. Gracias a mis padres que me dieron la oportunidad de tener diversas experiencias con cada una de esas mascotas, que no llegaron todas al mismo tiempo, pero de las cuales aprendí mucho mientras crecía.
Después del paso del huracán María, queríamos tener un huerto casero, y pensamos en la posibilidad de tener algún animal que nos proveyera alimento. Mi esposa Mariel (MamáPiccolo) desde antes, tenía el deseo de tener una gallina ponedora en la casa pues ella recordaba las gallinas de su abuela y cómo se consumían los huevos directamente recogidos del gallinero. Pasó un tiempo desde que Mariel me dijo que quería una gallina y el día de las madres del 2018 ese fue el regalo que le dimos. Fui al festival de Huerto Casero de Gurabo y los nenes escogieron un pollito bien amarillito y lindo. Sorprendimos a mamá con la sorpresa cuando llegó a la casa.
TaTi fue el nombre que le pusimos entre todos a nuestro pollito. La empezamos a cuidar y criar dentro del hogar. Le dábamos mucho amor y cariño. Cuando pollita era bien apegada a uno porque buscaba calorcito. Era la temporada de verano y los nenes estaban con ella todo el tiempo. Tati los seguía por la casa y jugábamos con ella según iba creciendo rápidamente.
Vivimos su proceso de crecimiento, uno que es super rápido. En seis meses ya era una gallina adulta. Por bendiciones de la vida, un día mientras hacíamos compra en Sam’s encontramos como artículo de temporada una jaula de gallinas hecha de madera con espacio para tres gallinas. Había que invertir en la jaula pero no lo dudamos pues sería algo que no volveríamos a ver. La jaula de Tati es una casita bella que llevaba el nombre de «Urban Chicken».
Tati llegó en un momento de transformación en mi vida. Desde agosto del 2018 ya no sería yo quien se encargaría de llevar a los nenes a la escuela en las mañanas. Mi turno de trabajo hasta la medianoche no me permitía descansar bien y un día cuando salía del trabajo me quedé dormido mientras guiaba. Sí, un susto pero gracias a Dios no pasó nada grave. Perdí el momento de las mañanas para compartir con mis hijos. Entonces ahí es que Tati llenó ese vacío de mis mañanas. Tenía tiempo para criar a TaTi y que me acompañara por el día antes de salir al trabajo.
Desde ese momento empecé a hacer con TaTi lo mismo que hacía con mis chicos cuando los cuidaba en casa. Tener entretenimiento y brindar amor y aprendizaje. Empecé a entrenarla al igual que mi papá entrenó a sus perros cuando estuvo en el proceso de recuperarse de cáncer. El entrenamiento de TaTi estaba dando resultados. Los chicos y Mariel se sorprendieron de lo que podía hacer Tati. Nos íbamos de paseo y TaTi, empezó a responder por su nombre. La llamaba y ella venía rápidamente. Aunque tuvimos algunos sustos con sus picotazos en el proceso también aprendimos de ella. Incluso hemos aprendido a entender su cacareo y sabemos cuando está molesta o necesita.
Celebramos su primer huevo a los siete meses. Empezamos a alimentarla diferente con vegetales y frutas, además de su maíz y purina. Empezamos a compartir por las redes las cosas que hacía y los paseos que hacíamos con ella. Luego, antes de cumplir su primer año en casa, creamos una cuenta en Intagram. Ella no sólo es nuestra gallina ponedora sino que es nuestra mascota de compañía. Ahora soy un fanático de las gallinas que sirven como mascotas. Descubrimos que hay muchas personas con cuentas en las redes que comparten la vida de sus gallinas y también descubrimos que hay otras gallinas que pasean como ella. Me dijeron que las gallinas viven entre 8 a 10 años. Espero que TaTi nos dure mucho más y que conozcan lo mucho que la queremos.
Entrevista en PrimeraHora (11/11/19): Conoce a TaTi, la gallina
TaTi es un amor… ahora participa en actividades, sigue paseando y es una mascota terapéutica para aquellos que nunca en su vida han tocado una gallina. Ella es parte de nuestro mundo pequeño de PiccoloMondoPR porque utilicé los mismos valores en ella como lo hice con mis hijos. En estos momentos TaTi es mi «Emotional Support», me ayuda a liberar la ansiedad cuando estoy con ella, viéndola, escuchándola y acariciándola. Espero que también TaTi pueda ayudar a otros de esta misma forma.
TaTi Angels
Ahora tengo un reto de repetir el proceso de TaTi en otras gallinas. Fue un reto que me hizo la Granja Pio Pio Farm de San Germán quienes al conocer a TaTi, me obsequiaron tres gallinas ponedoras para que las entrenara. Hasta el momento no ha sido fácil pero es un proceso entretenido. TaTi por su parte le deja saber a sus compañeras quién es la jefa de la mini granja de mi hogar, jeje
Cosas que aprendí mientras criaba una gallina:
TaTi ha sido un regalo para nosotros y esperamos que sigan conociendo más de ella.